admirable statue

Armando Ramírez transforma piezas de metal desechadas en arte y logra capturar con éxito el dinamismo de un partido de fútbol. Los jugadores chocan mientras compiten por el control del balón. Corren y se deslizan con sus gruesas extremidades de alambre y sus cuerpos de bujías. Ramírez utiliza piezas desechadas de una máquina troqueladora para completar esta admirable escultura.

Este ejecutivo trabajador se sienta frente a su computadora bajo la luz de una lámpara de escritorio, con el teléfono siempre cerca. La estatuilla tiene un nivel de detalle fabuloso y una gran expresividad, una proeza considerando que todos los componentes son metálicos. Armando Ramírez le da forma al ejecutivo con una bujía de automóvil para el cuerpo, piezas de una máquina de troquelado para la cabeza y cables para los brazos y las piernas. Lo que una vez fue una mosquitera es ahora el teclado, y el resto de esta admirable escultura incluye láminas de metal recicladas, cables y otras piezas desechadas de una máquina de troquelado.

Ramírez no da a sus esculturas un acabado fino y pulido, por lo que pueden aparecer manchas y rayones.

Son los últimos segundos del partido y el balón está en la canasta en una entretenida escultura de la selección de México. Armando Ramirez. Su ingenioso sentido del arte queda patente en la admirable forma en la que recicla la chatarra. Los cuerpos de los jugadores, por ejemplo, son bujías de coche y sus extremidades están formadas por largos tornillos. Ramírez utiliza piezas desechadas de una máquina troqueladora para darle forma a las cabezas de los jugadores. La pelota está formada por dos aros fabricados con láminas de metal.

Tenga en cuenta que la intención del artista no es dar a sus esculturas un acabado pulido fino, por lo que pueden aparecer manchas y rayones.