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“Transmito paz con hermosos cristales que reflejan la luz del sol e iluminan nuestro corazón y alma. Busquemos la paz, que es la que da sentido a nuestra vida. Seamos luz, no oscuridad”, dice Alejandra Paiz, quien confecciona este atrapasol de cuentas único en su tipo que representa el símbolo universal de la paz: una paloma sosteniendo una rama de olivo.

"Este atrapasol representa la esperanza y el deseo de un nuevo y pacífico comienzo en la Tierra, hecho de componentes asociados con la pureza y la espiritualidad.

“Digo una oración por la paz”, continúa el artesano guatemalteco. Y pido que lo recemos juntos: 'No más guerras. Queremos la paz. Que esta paloma de la paz llegue a todos los hogares del mundo'.

“Los principios de la paz son el amor, la justicia y la verdad. Nada es más valioso que la paz, y es el punto de partida básico para que la humanidad progrese. Aquí comparto sensaciones de paz con los hermosos cristales que reflejan la luz del sol para iluminar el corazón y alma."

El artesano elabora a mano este impresionante atrapasol con cuentas de cristal, vidrio y peltre, anillo y alambre de acero inoxidable, cadenas de níquel y un colgante de paloma de zinc.

Kokopelli el flautista nace del mito y la leyenda; viaja por todas partes tocando melodías melodiosas que invitan a todos a bailar. Ahora adorna este extraordinario perchero, forjado en hierro por J. Blas, quien utiliza una novedosa técnica de diseño propio para cortar las láminas de hierro. El perchero está pintado a mano con una mezcla de esmalte y tonos acrílicos, lo que infunde una elegancia rústica.

Kokopelli se remonta a tiempos prehistóricos; considerado como una deidad, generalmente se lo representa con la espalda jorobada, tocando una flauta. Leyendas antiguas sugieren que Kokopelli era un comerciante tolteca que viajó desde el centro de México hasta los desiertos y montañas del sudoeste de los Estados Unidos, donde aparece en forma de arte rupestre que data de miles de años. Kokopelli tocó su flauta para anunciar su llegada y según las leyendas Pueblo, llevaba semillas, bebés y mantas en su joroba que ofrecía a las doncellas que seducía.

Para los Hopi, Kokopelli toca su flauta para extraer calor de la Tierra y así hacer crecer las semillas. Su nombre deriva de koko ("madera") y pilaú ("joroba"). Se cree que Kokopelli está presente cada vez que la vida brota de una semilla, ya sea vegetal o animal.