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Madero pinta una escena surrealista que representa el poder protector del santo patrón de un pueblo. Muestra al santo como una gran figura vestida con una túnica colorida que se eleva sobre las casas del pueblo contra un fantástico cielo nocturno.

El artista mexicano es un pintor autodidacta. Su trabajo se inspira en la literatura, la música y sus propios sueños.

Con un rostro bondadoso pero curtido, Don Quijote de la Mancha cobra vida en una hermosa escultura de madera de cedro. Le lee en voz alta a su compañero, Sancho Panza, quien toma notas en un pergamino de cuero. Nicolás Chávez Sojuel representa magistralmente a los amados personajes de la novela del siglo XVII de Miguel de Cervantes, esculpiendo al idealista caballero y su amigo en fragante madera de cedro. Las mochilas de cuero cuelgan de un baúl y descansan en el suelo junto a los hombres, y Quijote usa pequeñas cuentas de madera de pino en su ropa.

Las dos plumas, las dos ramas y la bolsa de cuero colgante se retiran para el envío.

El busto esculpido de un guerrero jaguar desenterrado en Texcoco inspira a los artesanos de la Asociación de Artesanos Ángel Cerón en la creación de esta escultura. Los antiguos aztecas creían que el jaguar estaba asociado con el dios de la noche, y para convertirse en jaguar había que capturar al menos a cuatro enemigos. guerreros jaguares, o ocelopilli, se usaban para capturar enemigos para ser sacrificados a los dioses. Usaban pieles y garras de jaguar porque creían que los artículos los harían más fuertes y valientes. Lucharon con espadas de madera tachonadas de obsidiana.

El artesano guatemalteco Nicolás Chávez Sojuel diseña una escultura para representar a una partera maya de pie sobre una base, tallada a mano en madera de cedro. Los pequeños detalles, como los adornos de su ropa, las joyas que usa y su elaborado tocado, se realizan con gran atención. En la antigua sociedad maya, las mujeres nobles mayas y las parteras a menudo usaban tocados decorativos para acomodar los cráneos agrandados debido a las prácticas de alteración del cuerpo.

Con solo un cinturón, un collar y pulseras, esta diosa maya está realizada con llamativos detalles en madera de cedro. Nicolás Chávez Sojuel explora las raíces mayas de Guatemala, trabajando con artesanos locales para tallar a mano esta escultura. Según Sojuel, esta escultura refleja la historia de la resurrección del Dios del Maíz. Según la historia, existen diosas desnudas en el inframundo maya, Xibalbá, que atienden al dios y lo visten en preparación para su resurrección. Una de estas diosas está retratada en esta escultura.